La historia de Colombia no solo debe ser contada por los abuelos o por las personas que enmarcan lo triste del pasado para generar odio y rencor, se debe instar a contar la verdad en el marco del posconflicto. La historia nos hará conocedores de nuestras raíces y de nuestro compromiso con la sociedad, por eso, desde este año, las clases tendrá un nuevo componente, la Historia.
Aunque la ley fue establecida en el año 2017, solo tres años después entró en vigencia la actualización de currículos y la planeacion de nuevos estándares en la educación colombiana hicieron tardíos los intentos por regresar al pasado no en calidad de expectantes sino en virtud de estudiantes, un verdadero reto para un país con dificultades económicas, con un tejido social dividido por ideas políticas, y para completar, las medidas de aislamiento preventivo que ha confinado a docentes y estudiantes.
El propósito de esta ley radica en marcar a la historia como un asunto de carácter prioritario que determina la identidad nacional, con aciertos, errores, logros y fracasos, se estima que la guerra se lleva gran parte del contenido pero en medio de aquellas dificultades, también ha habido espacio para rememorar lo importante de ser colombiano. Aunque la ley fue sancionada en 2017, tuvieron que pasar tres años para que fuera vigente en los programas de formación académica colombiana.
Además de promover una política de conocimiento histórico del país, el regreso de la cátedra de historia de Colombia promete despertar el pensamiento crítico en los estudiantes frente a los procesos históricos y sociales que ha vivido el país y cómo se ha desenvuelto dentro del continente y a nivel mundial. En adición, esta propuesta busca crear una memoria histórica que contribuya a la paz y la reconciliación de los colombianos en el marco del posconflicto.
La nueva asignatura por así decirlo, fue presentada el primer día de clases y aunque obedezca al cumplimiento de los acuerdos de paz firmados con el ex-grupo subversivo FARC en la Habana, no deja pasar de lado la necesidad que tenía el país de reivindicarse con las víctimas, los campesinos y diferentes sectores sociales que vivieron la guerra sin ser participes directos. Esta iniciativa hace frente a la ignorancia que por no aceptar o conocer la historia se siguen cometiendo los mismo errores del pasado. (Lee también: La educación NO está de moda)