El irreverente y humorista Jaime Garzón fue ultimado la madrugada de un triste 13 de agosto, y desde hace ya casi 17 años, las balas guardan un secreto que ha sido bien guardado en las altas orbes del poder. El hombre mas querido e influyente del país se niega a morir. Se mantuvo vivo en los corredores y los despachos judiciales acumulando la polilla de la impunidad y solo en el 2004, la justicia dio un aire de esperanza, el jefe de las autodefensas unidas de Colombia, Carlos Castaño Gil había ordenado asesinar al periodista.
Luego de mas de 15 años esperando por justicia, la familia del humorista recibió una noticia que alegró por completo los corazones, por fin habían encontrado los culpables, Jaime Garzón fue asesinado por la banda criminal "la terraza" de Medellín que se encontraba al servicio de "Alias Don Berna" y en complicidad, respaldado por la acción omisa del ejercito nacional. El estado debe reconocer que se trata de un crimen de lesa humanidad por tratarse de una persecución contra representantes de derechos humanos.
Las acusaciones absurdas contra Jaime Garzón carecían de fundamentos, se sospechaba que Jaime Garzón recibiría dineros por intermediar en la liberación de secuestrados, FALSO, Garzón solo era un visionario y un fiel creyente de la necesidad que tiene Colombia en el área de educación. Así mismo los señalamientos apuntan al general Jorge Eliécer Plazas, que según las investigaciones, dio alojamiento en Bogotá a los sicarios que acabaron con la vida de Garzón.
En la investigación figuran cuatro nombres, "Alex Sampedro" que para la fiscalía fue quien disparo el arma, el otro es "Alias Yilmar" quien conducía la moto, ambos contratados por "Alias el Negro Elkin" y por último esta "Alias Ángela" quien fue la encargada de toda la logística del magnicidio. En allanamientos a la brigada 17, unos mapas que evidenciaban un seguimiento detallado de cada paso del periodista que posteriormente eran entregados a Carlos Castaño para planear la ejecución.
Los miembros de la fuerza pública, es decir los encargados de proteger los ciudadanos fueron quienes entregaron a Garzón al temible Carlos Castaño para que lo ejecutara, las investigaciones también apuntan que el general Mauricio Santoyo secuestró a los sicarios y posteriormente los entrego a don Berna para que este los ejecutara, desapareciendo cualquier huella del recordado Jaime Garzón. Santoyo, para quienes no lo recuerdan era el exjefe de seguridad del expresidente Álvaro Uribe Vélez, una carta mas para poner sobre la mesa. (Lee también: Para nunca olvidar, Frases de Jaime Garzón)