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El ser humano y el hábito de sentirse ofendido

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Una ofensa no se olvida de la noche a la mañana, sin embargo, para que te sorprendas te explicaremos algo impactante, nadie ha llegado a ofenderte, pues son las expectativas que tenías con otras personas las que han llegado a herirte y eso no se soluciona con solo abrir y cerrar los ojos. Las expectativas las creas en tus pensamientos, pero no son reales, solo hacen parte de la imaginación, en el caso más humano; si esperabas amor por parte de tus padres y según usted jamás llegó a sentirlo, no debes sentirte ofendido, son las ideas de un amor inventado por ti mismo las que llegan a lastimarse.

En el caso de esperar que fuera tu pareja quien actuó de manera hiriente, tenga en cuenta que tu pareja no te ha hecho nada, es solo la diferencia de lo que esperabas recibir y la realidad de lo que conseguiste, luego eso hace parte única y exclusivamente a tu imaginación. ¿Ahora bien, has llegado a molestarte con Dios, puesto que esperabas una bendición por así decirlo y no se cumplió? No se trata de Dios sino de las creencias terrenales de las bondades divinas las que pueden llegar a hacerlo sentir ofendido, Un dios, independientemente de las creencias no es relacionado con las ofensas, entonces por así decirlo, dejaras de sentir una ofensa cuando conozcas de primera mano cuál fue la fuente de dicha ofensa.

Al momento de nacer, el ser humano es un ser auténtico, pero con el paso del tiempo la verdadera naturaleza humana es sustituida o reemplazada por conceptos artificiales que nuestros padres, la sociedad y medios de comunicación nos enseñan, es allí cuando se crea una novela falsa de cómo deberían ser las cosas y cómo debería ser el modo de actuar de las demás personas, sin tener en cuenta que el ser humano es una máquina de comportamientos y que en algún momento puede presentar fallas en su funcionamiento, dichas fallas son las que pueden llegar a ofenderte, las novelas no tienen nada que ver con la realidad, el ser humano posee una caja negra de experiencias vividas y cada ofensa por así decirla queda guardada, es por eso al momento de conocer una persona siente miedo de vivir ese momento que en algún momento del pasado sucedió.

Si analizamos el comportamiento social humano, solo seguimos patrones de ordenamiento, cuando una orden no es aceptada o refutada aparece una ofensa en doble sentido, el sentido propio de ofensa por no seguir una orden o sugerencia emocional, y una ofensa ajena de quien recibió la orden pues siente que no es aceptada de acuerdo a sus principios y valores morales de libertad, entonces, ¿cómo puede una persona ofendida llegar a perdonar?

Entiende de una vez por todas que nadie te ha lastimado pues son tus ideas con respecto a la otra persona lo que te ha molestado, es decir nunca esperes nada de nadie, ellos tienen su manera de pensar y tú tienes la tuya, esa es la razón por la cual cada ser humano es diferente. Deja que las demás personas guíen su vida a su manera, solo da consejos cuando te los pidan, permita que sean ellos los que tomen sus decisiones, es el derecho que les fue concedido al momento de nacer, la libertad y el libre albedrío.

Nadie te pertenece ni siquiera tus hijos, todos somos pieza fundamental de un sistema viviente, que podemos ejercer funciones en cualquier parte, deja que las otras personas realicen sus funciones, en otras palabras, vive y deja vivir. Abre tu mente a la posibilidad de vivir nuevas experiencias, deja a un lado el inventario de experiencias y vive la vida como es, limpia tus ojos no importa si usas la empuñadura, de igual manera una visión clara es el resultado final.

Tenga en cuenta que la perfección no existe, nadie es perfecto ni eterno en este mundo, los conceptos de perfección son creados por la mente humana que incluso en altos niveles de la intelectualidad, se dificulta comprender, pues francamente no existen, por lo tanto, deja de sentir por los demás, pues nadie será como tú quieres y jamás pensaran igual que tú.

En las discusiones o altercados donde las palabras duelen, siempre existe un tipo de patrón de comportamiento, si te sentiste grande al ofender con tus palabras imagina lo que has ganado y esa sensación de pobreza emocional, te hará reaccionar de manera ajena, aceptando que tanto usted como el no debieron llegar a límites como la incomprensión. Sabemos que este post se distancia mucho de las cogniciones o conocimientos científicos que tenías sobre el enojo, sin embargo, todas las emociones solo le pertenecen a la persona que cree sentirse ofendida. Si te gusto este post también le puede interesar: Razones por las cuales el amor se acaba según la ciencia

Articulo tomado de la revista: Paradigmaterrestre.com